lunes, diciembre 10, 2007

Reflexiones en un café

Hace mucho que no experimento el placer de escribir en un cuaderno de bolso mientras tomo café en una cafetería sola. Es una cosa que antes solía hacer, bien porque llegaba antes de tiempo a algún sitio o porque tenía que esperar al autobús y tenía horas muertas (fácil con los horarios de que disfrutaba). El cariño por los cuadernos de bolso no se ha ido, pero ahora me da pena gastarlos, fíjate qué tontería... Y eso que ahora cuento con uno precioso y colorido, con marcapáginas incluido, al que puedo cambiarle el interior conservando el "cubrecuadernos" de arcoiris... El caso es que desde que está internet sí se ha perdido bastante de mi costumbre por escribir en el papel. Bueno, eso y tener al otro lado del Atlántico a mi gran amiga Lilith, en un país en el que el correo ordinario es poco menos que ordinario. Con la tontería es ya un año sin escribir de puño y letra, y lo cierto es que se nota. Vuelvo a pasar ahora por una de esas fases de "vuelta a las costumbres del pasado" que de vez en cuando me dan y me ponen nostálgica.

Es curioso que cada vez que me da por hacerme con las riendas de mi vida, miro hacia atrás, buscando un momento en el que me sintiera auténticamente yo, y siempre encuentro un momento que me despierta la nostalgia lo suficiente como para querer revivirlo y utilizarlo de punto de partida. Es raro, porque en ningún instante presente me he sentido "auténtica". Siempre me ha parecido una solemne gilipollez eso de la autenticidad, pero a lo que me refiero, es a estar haciendo algo que verdaderamente me apeteciera a mí y no fuera algo aprendido o adquirido de alguien a quien quisiera o admirara o a quien intentara impresionar. Algo que hacía sencillamente porque yo lo quería. Si lo pienso, uno de esos momentos lo encuentro en una cafetería indeterminada, sentada delante de un capuccino enorme y con un libro o un cuaderno, no lo sé. Leyendo o escribiendo a mi eterna amiga de la infancia (la inspiración llega en cualquier momento y hay que estar preparada, por eso llevaba un cuadernito en el bolso). Recuerdo que tenía un cuaderno donde apuntaba frases que decía la gente o de los libros y que me gustaban... tengo que buscarlo, a ver qué encuentro.

Estar malita en casa me ha ayudado estos días a ver las cosas de una manera diferente. No sé cuánto me va a durar esto, si un día o dos... pero mientras dure, quiero aprovecharlo. Hoy he sido capaz de hacer un poquito de trabajo a distancia y he probado el placer de trabajar desde casa con una tranquilidad desconocida y una comodidad de chandal que echaré de menos mañana, cuando me reenganche a la rutina. Tomándome las cosas con calma he hecho parte de los deberes pendientes y no ha sido tan terrible, ni tan agobiante, ni tan engorroso, ni tan largo... llevaba tiempo demorando esa tarea y hoy he conseguido empezarla y dejar a propósito parte de ella para mañana. Hoy es el primer día de mi puesta en práctica del plan de "tomárselo con calma", pero no he podido coger el toro por los cuernos aún. Supongo que si mañana me quedara en casa sería ya la prueba definitiva, pero he decidido emprender otra prueba definitiva diferente que consiste en "volver a trabajar sin dejarse llevar por el agobio". Si lo logro, me sentiré un poquito más cerca de coger el toro por los cuernos, puede que incluso le coja uno.

Voy a buscar ese libro y voy a compartir con el mundo las cosas que escuché y leí durante una época de mi vida universitaria. Creo que eso me pondrá de buen humor para irme a la cama.

El toro por los cuernos

En el post de "el túnel" mencioné que ante el abismo que se abría, iba a coger el toro por los cuernos...

Al final, ya me lo temía yo, no ha sido exactamente así. Los cambios imprevistos de mi vida no terminaron, pero no todos fueron tan angustiosos como los de descubrir un abismo... afortunadamente hubo alegrías, unas alitas que me ayudan a sobrevivir si caer al vacío y un paracaídas que amortiguaría el golpe. Pero mis planes de independencia se congelaron. La vida me deparaba otras sorpresas... ahora estoy ante una nueva prueba. Es como si tuviera que correr una etapa de montaña del Tour, la peor de todas, que ya no sé cuál es. Tengo que hacerlo, y tengo que dosificar mis fuerzas para conseguirlo. Ahora lo que tengo que hacer es encontrar la fuerza suficiente para cambiar de mentalidad y adaptarme al cambio.

Debo ser consciente de una vez de que debo anteponer mis intereses por encima de los de "el trabajo" o "la reputación". Debo ser capaz de dejar eso atrás, de aprovechar el tiempo que tengo de una manera productiva y dejar de desaprovechar el que no tengo en encontrar la perfección absoluta que ni existe, ni alcanzo, ni se percibe que busque. Esa energía de más, esa vuelta de tuerca innecesaria es la que debo emplear en mis objetivos personales. Mi futuro depende de ello. No el del equipo de trabajo, ni el del departamento. Sino el mío. Mi futuro, mi formación, mi posición, mis posibilidades. Todo lo que podía dar de mí desarrollando las labores que tengo a mi cargo, ya lo he hecho. Ahora es una cuestión de mantenimiento en niveles aceptables, y dejar el resto de las energías para mí. Y tener la fuerza suficiente para responder ante posibles preguntas o quejas, que lo que hago es lo que debo. Y que a pedir cuentas al rey. Pero es difícil dejar de hacer algo sin tener la sensación de un deber no cumplido... supongo que esa "delgada línea" es la que me ha impedido estos meses terminar mi labor personal y formarme. Pero hay algo que sé: mi trabajo no es extraordinario ni insustituible, por más que me esfuerce, hay un límite a partir del cual no mejora. Y es a partir de entonces que debo emplearlo en lo que a mí me corresponde.

Y cuanto antes lo haga, más libertad tendré en el futuro para hacer lo que mejor me convenga y lo que quiera. Me dará la libertad de decidir en el momento justo.

miércoles, noviembre 14, 2007

Verde, que te quiero, verde

Hace tiempo que no eres una "mancha de verde" que tapa algo... hace tiempo que eres el fondo que lo cubre todo, ahora las cosas son verdes, les das tu color personal que las suaviza los bordes afilados y cortantes, las esquinas peligrosas, y que hace las cosas menos graves y más livianas. Hace tiempo que la mancha, propiamente dicha, es la de mora. He lavado mi mancha de mora y ahora luzco un resplandeciente verde. ¡Y pensar que ese era el color que tanto odié por ser el del cole y que ahora me alegra la vida de sólo pensar en él...! ¡quién me lo iba a decir!

miércoles, agosto 08, 2007

Los increíbles efectos rejuvenecedores y revitalizantes de la baba de caracol

Inaudito:

Lo que son las casualidades...
Pienso en el post anterior (a propósito del color verde, que te quiero verde) y en la foto que me ha salido cuando he buscado "caracol" en Google y no sé si asustarme o creer en el destino!
La imagen habla por sí sola y lo dice todo.

lunes, julio 02, 2007

Una mancha de verde

Querida mancha de verde:

Bienvenida seas. Eres verde, curioso, no hay mejor color para ti. Y no hay mejor mancha para tapar la de mora. Has llegado a mi vida en el mejor momento y me has llenado de alegría, de la alegría que se respira contigo, con cada frase que dices, con cada anécdota que cuentas, con cada "pooo..." que se te escapa... Qué bien que estás, de verdad, aunque estés lejos. Porque me sorprendes en cada llamada y tus conversaciones me llenan de tu presencia. Sólo me falta abrazarte para que sea perfecto.

Cómo me gusta que seas tan verde. Puede que el verde fuera una señal... nunca un refrán o dicho popular me ha venido tan al pelo.

Verde, gracias por estar ahí.

viernes, mayo 25, 2007

El túnel

Recuerdo unas palabras que dijo un día nuestro buen astronauta Pedro Duque en la Escuela:

Cuando estamos en la carrera es como si fuéramos por un túnel: tenemos el camino más o menos claro y marcado, no tenemos mucho que decidir, sabemos a dónde tenemos que ir, el objetivo es claro... Pero cuando terminamos, de repente salimos del túnel y nos encontramos delante de un mundo abierto, lleno de direcciones, posibilidades... y te preguntas: "Bueno, y ahora ¿para dónde tiro?

Bueno, pues he salido del túnel. ¿He acabado la carrera? Nooooo, error. Esto, aunque no lo parezca, es una metáfora (¡que no te enteras!). Me siento como si hubiera salido del túnel. Tenía mi caminito marcado, era sencillo (no en contenido, pero sí a rasgos generales) y me gustaba. Ahora ha desaparecido y... siento vértigo, ganas de dar marcha atrás y volver al cobijo del túnel. Pero ya no hay túnel, ha desaparecido. Hay un abismo por delante, otro por detrás, uno por la izquierda, otro por la derecha, otro por arriba y otro por abajo.

Pero he decidido que la única manera de vencer el vértigo es coger el toro por los cuernos. Si las circunstancias introducen cambios en mi vida que no puedo controlar, voy a empezar a introducirlos yo misma (al menos esos sí los controlo). Voy a romper con todo. ¿Túnel? ¿Qué es un túnel? ¿un abismo ante mí? pues me planto unas alas y a volar. ¡Pero si no sabes! ¡Bah, volar no puede ser tan difícil!

Así que voy a volar del nido. Voy a deshacerme de las rutinas de mi vida en el túnel y voy a cambiarlas por las de mi vida en el abismo (sea lo que sea eso). A ver a dónde me llevan... De momento cuanto más lejos del túnel, mejor.

miércoles, mayo 02, 2007

TWO HEARTS. The Jayhawks

Well I know your name
Takes you back from where you came
Your words, they show
Sometimes is real to be alone
So real to be alone

I'll survive, it's true
But when I'm close to June
Alright, okay,
It's just to hearts that make us pay
Two hearts that make us pay

It's no better when you cry
Well have you stopped to watch she'll fly
Well have you stopped to watch she'll

I, I'm lonely
I, I'm lonely
I, I'm lonely too...

Well the love you need
I don't expect you to let me see
You held your grace
It's just two hearts that make us pay
Two hearts that make us pay

You appear so strong
Only faith could lead us home
Alright, okay,
It's just to hearts that make us pay
Two hearts that make us pay
Two hearts that make us pay...

jueves, marzo 22, 2007

COSAS MARAVILLOSAS QUE NO SABEMOS VALORAR. Derogación de las leyes de Murphy.

Estoy perdiendo la fe en la raza humana.

Esto es un desastre.

Pienso que ya no hay nada que hacer con los seres humanos: son todos unos pesimistas.

Han escrito la Ley de Murphy, que dice que todo lo que puede salir mal, saldrá mal.

Vale, puede ser.

Pero, ¿por qué nadie habla de las cosas que siempre salen bien? En la vida hay un montón de cosas maravillosas que están muy bien y que nadie las valora. Por ejemplo, nadie se ha parado a pensar en lo maravilloso que es que las palomas no tengan brazos. Imaginaos lo contrario: sería terrible. Estarías en una terracita tomando un aperitivo y la paloma te tiraría de la pernera del pantalón: "¡Eh!, ¿me echas algo?". Sería un horror. A mí me dan a elegir entre la paz en el mundo o que las palomas sigan sin tener brazos y yo elijo lo de las palomas. Sé que la paz mundial es tentadora, pero la bandera de la paz sería una paloma blanca con los brazos de Mister Proper.

Otra cosa que nadie valora: las sirenas, preciosos seres mitológicos con mujer bellísima de cintura para arriba y cola de pez de cintura para abajo. La gente debería saber que habrá un sitio en el que hacen las sirenas con las piezas que nos sobran a nosotros. Sirenas con piernas de preciosa supermodelo, pero que de cintura para arriba son trucha de río. ¡A ver quién besa los labios a una sirena de esas!

La gente tampoco valora que la ley de la gravedad sea gratis. No quiero dar ideas, pero podrían poner un impuesto. ¿Os imagináis? Los pobres estarían por las nubes. En lugar de darles limosna, habría que tirársela al aire. Y de repente, veríamos a uno cayendo en picado:
- ¿Y ese?
- Nada, que le ha tocado la lotería.

Otra cosa maravillosa es que los pistachos tengan ese color verde tan raro. Es una suerte, porque si no fuera así, ¿cómo llamaríamos a todas las cosas que son verde pistacho? ¿verde moco? ¿verde almizcle de ratona? Ni se sabe. "Ayer me compré un jersey verde pus". No tiene el mismo glamour. Las mujeres pijas aún no han agradecido a Dios que haya hecho el pistacho de ese color tan raro. Deberían hacer peregrinaciones al Cristo de los Pistachos.

Otra cosa que no ponderamos es que los bebés tengan solamente dientes de leche. Se les cae un diente, les sale otro, y ya está. Pero imaginaos que tuviéramos también ojos de leche, y que a los niños pequeños se les cayeran y luego les salieran otros. Sería horrible, tendría que haber un Ratón Pérez de ojos que sería... yo qué sé, el Escarabajo Pelotero Rodríguez. Los niños les dejarían los ojos de leche debajo de la almohada, y el Escarabajo Pelotero Rodríguez vendría y les dejaría 5 duros o una pelota de ping-pong para tapar el hueco.

Y eso la gente no lo valora.

Hay que redactar las Antileyes de Murphy, y se referirían a esas cosas maravillosas que siempre hacen ilusión, como cuando empieza el invierno y hay que volver a sacar los abrigos y te encuentras dinero en los bolsillos. Eso pasa tantas veces como lo de que la tostada caiga por el lado de la mantequilla.

O cuando te despiertas sin que suene el despertador: lo miras y aún te queda una hora más. O cuando llegan las guías telefónicas, que te la llevan a casa y te hace mucha ilusión. Luego no la usas nunca, pero ese día te hace mucha ilusión.

O cuando estás de vacaciones en Londres, o en Italia, o donde sea, y oyes hablar español. Pasa siempre y siempre hace ilusión, te da sensación de complicidad, de que, si os lo proponéis, poséis invadir el país.

O cuando abres el Cola Calo y tiene esa tapa de papel Albal por encima, que hay que rasgar con un cuchillo.

O cuando llega la primavera y las chicas están guapísimas, y toda la ropa que llevan cabe dentro de una caja de puros.

¡Redactemos las Antileyes de Murphy!

¡No pueden salir mal!

Autor: Luis Piedrahita.

domingo, febrero 18, 2007

El Eneagrama

Siempre me han encantado estas historias... la verdad. Puedo hacer infinitos y leer una y otra vez los resultados para ver si me reconozco a mí misma o si resulto ser otra persona sorprendente y maravillosa o extraña y repelente.

Por el momento, parece que soy el 6, seguida muy de cerca por el 2 y el 9... Una tipa Leal, con fuertes dosis de Ayudadora y Pacificadora. Para variar, mi personalidad tiene unos rasgos equilibrados... confirmándose que no soy nada 8: Desafiadora, y tengo poco de 1 y de 7: Reformadora y Entusiasta.






lunes, enero 29, 2007

Palpitaciones

Ahora mismo empezando a sentir cómo se relaja el corazón, después del vuelco que me ha dado cuando he leído que el viernes fue tu cumpleaños. Ha sido un vuelco seguido de confusión, he mirado en la esquina inferior derecha del ordenador para ver la fecha y he podido comprobar que efectivamente es 29. ¡¡29!!. Me paso de largo miles de días.
¿Cómo es posible? No puede ser, pero si he estado mirando el correo y el
blog todos los días (incluso dos veces al día!!) para ver si ponía algún post
nuevo, si me mandaba un maxi mail... No puede ser, si hasta el mismo viernes
pensé en ella y en que ese día se mudaba y estrenaba pisazo!!! No puede ser, no
puede ser. Es imposible... ¿Por qué? ¿Cómo es posible?

Pfff........ la he cagado.

¿Cómo puede sucederme algo así? ¿Cómo se puede entender, razonar...? Vamos a ver. Infinidad de veces me pasa que pienso en que tengo que llamar a alguien para ver qué tal está, y sieeeeempre me acuerdo cuando no puedo llamar (estoy con alguien, estoy conduciendo, me he dejado el móvil, son las 2 de la mañana....). Así que nunca llamo. Nunca. Luego me autocastigo en esas circunstancias (mientras estoy con alguien, mientras conduzco, después de acordarme de que me he dejado el móvil, mientras intento dormirme y me dan las 2 de la mañana...). En el momento oportuno, no lo pienso. ¿Por qué? No lo sé, no lo hago, será que no pienso en cuál es el momento, pero aún así eso no es una garantía de que me acuerde, me conozco.

Y entonces me ocurre esta doble contrariedad. Por un lado, cuando me conecto en casa o en el trabajo (incluso!!! he conseguido desestresarme y acordarme de mirar mi correo personal), entro en dos sitios: hotmail (últimamente buscando aventuras guatemaltecas) y lilitharoma.blogspot.com. Algo que hacía con poca frecuencia mientras estabas en Roma (aunque tenía sus ventajas, porque luego me pegaba una panzada a leerte y era un gusto), mientras has estado aquí... Es decir: eres la única de la que me tengo que acordar cuando es el momento justo de hacerlo. Pero aquí viene la segunda contrariedad: ¿cómo se entiende que me pase la semana mirando el mail, mi blog por si había entradas, tu blog... pensando en ti todos los días, viernes, sábado y domingo incluidos, Y SE ME OLVIDE TU CUMPLEAÑOS???????

Así que siento confusión y vergüenza. Estoy muy triste, porque una vez más la he cagado. No hay dos sin tres, a la tercera va la vencida, tres son multitud, tres tristes tigres... Estoy muy triste, mi querida amiga, porque la he cagado de nuevo. Y en la distancia esto es peor... Es vergonzoso que esto me haya pasado, que me lo hayas tenido que decir, que todavía sienta que es imposible, que estoy soñando que haya pensado... ¿enero? ¿ya ha sido el 26? Me faltan las últimas dos semanas, qué ha pasado con el tiempo.

Sólo digo que estoy intentando hacer propósito de enmienda de mi dejadez y despiste, que quiero dejar de vivir en Babia, y que no voy a desanimarme por haberla cagado. Me he dicho que no quiero ser autodestructiva. Asumo mi culpa, no voy a usar la goma de borrar. Tacharé esto y seguiré adelante...